Experiencias doctorales

|Testimonios|

ANA MARÍA ALDANA


Doctora en Ciencias – Biología

La formación que recibí durante el programa de doctorado me ayudó a fortalecer mi capacidad de formular, administrar y desarrollar proyectos de investigación, para finalmente comunicar efectivamente los resultados.

Después de cinco años y medio de trabajo en marzo de 2017 me gradué como Doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad de los Andes. La formación que recibí durante el programa de doctorado me ayudó a fortalecer mi capacidad de formular, administrar y desarrollar proyectos de investigación, para finalmente comunicar efectivamente los resultados. Haber realizado la investigación en la Universidad de los Andes me permitió además identificar preguntas que ayudaran a aumentar el conocimiento sobre la biodiversidad del país. Estar en Bogotá, me permitió estar más cerca de mi sistema de estudio: el bosque húmedo tropical.

Mi proyecto de investigación fue premiado por la beca para mujeres en ciencia de L´Oreál – Unesco para Colombia en 2014. Los resultados de esta investigación han sido publicados en seis artículos en revistas académicas de alto impacto. Algunos de los resultados también han sido divulgados al público en general a través de entrevistas y artículos de divulgación científica en diversos medios de comunicación. En el futuro espero seguir aumentando el conocimiento sobre los ecosistemas del país y promover en la sociedad dicho conocimiento en pro de su buen uso.

LUISA FERNANDA CANO BLANDÓN


Doctora en Derecho

Elegí la Universidad de los Andes porque reúne tres elementos que consideraba fundamentales para mis estudios de doctorado: rigurosidad teórica, diversidad metodológica y compromiso con el impacto investigativo.

Elegí la Universidad de los Andes porque reúne tres elementos que consideraba fundamentales para mis estudios de doctorado: rigurosidad teórica, diversidad metodológica y compromiso con el impacto investigativo. En efecto, el programa anima a sus estudiantes para que conozcan las distintas posturas teóricas y se inserten en las discusiones que giran en torno a sus proyectos de investigación. Además, ofrece una variedad de enfoques metodológicos para desarrollar la propuesta investigativa y, finalmente, tanto la Universidad como la Facultad, tienen el propósito de generar conocimiento que tenga impacto en la sociedad y que responda, en alguna medida, a los enormes desafíos que tiene el país en materia de desarrollo e igualdad para los próximos años.

ÁNGELA HOLGUÍN

Doctora en Ciencias – Biología

Uniandes para mi fue una experiencia enriquecedora, principalmente por el capital humano.

Terminé mi doctorado en Ciencias – Biología en la Universidad de los Andes en el segundo semestre del 2016. Obtuve un premio por mi proyecto doctoral emitido por la Universidad de St. Galen en el 2014. En el 2017 fue otorgada una patente de un coctel de fagos (virus) contra Salmonela (SalmoFREE) en la cual hago parte de los autores intelectuales.

Uniandes para mi fue una experiencia enriquecedora, principalmente por el capital humano. Empezando por mi directora de tesis, quien fue un apoyo, guía y maestra para mi; siguiendo por los profesores y compañeros de laboratorio y de programa quienes siempre están dispuestos a ayudar, a discutir temas y a ser soporte de crecimiento. Por mi experiencia en las pasantías que he hecho previamente, me he dado cuenta que el capital humano es una falencia que tienen las Universidades de otros países y que, en el caso de Uniandes, es una fortaleza. El hecho de tener apoyo de todos los profesores del departamento y una buena comunicación con mi directora, permitió que mi doctorado fluyera de la mejor manera. Finalmente, el doctorado me abrió puertas a continuar mi carrera académica; las pasantías realizadas en el exterior, los congresos en los que pude mostrar mi trabajo, y los papers publicados, me permitieron adquirir habilidades que hoy en día se ven reflejadas en el postdoctorado que me encuentro haciendo.

LUIS GUILLERMO CASTRO

Estudiante doctoral en Administración

Como estudiante doctoral, no solamente he tenido la oportunidad de interactuar con profesores y/o investigadores que son líderes en su campo a nivel nacional e internacional, o de acceder a cursos específicos de mi interés; también he tenido la oportunidad de vincularme en actividades académicas que contribuyen a mi formación doctoral y docente.

Desde que inicié mis estudios doctorales en la Universidad de los Andes, he encontrado un espacio perfecto para mi desarrollo académico, profesional y personal. Como estudiante doctoral, no solamente he tenido la oportunidad de interactuar con profesores y/o investigadores que son líderes en su campo a nivel nacional e internacional, o de acceder a cursos específicos de mi interés. También he tenido la oportunidad de vincularme en actividades académicas que contribuyen a mi formación doctoral y docente, como participar en eventos académicos internos o externos a la universidad, participar en eventos gratuitos de fortalecimiento de competencias académicas, u optar por oportunidades y como asistencias docentes en cursos o asistencias de investigación en proyectos que las personas de la facultad o de otras facultades desarrollan.

NELSON LEONARDO LAMMOGLIA

Doctor en Ingeniería

No es posible que las empresas crezcan si no aplican la ciencia, la tecnología y la innovación a sus procesos, productos y desarrollos comerciales.

Usualmente, cuando me preguntan por qué hice el doctorado o si tiene sentido hacerlo, me cuesta un enorme esfuerzo responder a este tipo de preguntas. Considero que en este ámbito no hay libertad de decisión u opción en Colombia. Hacer un doctorado en Colombia es una responsabilidad con el país, no una opción personal; para todos aquellos que tenemos la posibilidad de hacerlo. Hace poco estuvimos conversando con mis colegas de trabajo sobre crecimiento y productividad. Hemos estado muy atentos a leer autores como Clayton Christensen y otros que muestran cómo estos resultados provienen de la capacidad de las empresas de innovarse, producir a gran escala y ofrecer productos accesibles y útiles para grandes masas de población. Es difícil suponer que en el mundo actual los grandes factores productivos, como lo dice Peter Drucker y otros autores que tratan sobre la gestión del conocimiento, sean la tierra, el capital o el trabajo. Como señala el mismo Christensen, en Japón el costo de capital está llegando a 0, habiendo habido periodos de deflación. En el centro de la productividad y el crecimiento de las empresas, las ciudades y las naciones está la ciencia, la tecnología y la innovación. Lo es, lo ha sido y lo seguirá siendo el detonante de las grandes revoluciones industriales que ha experimentado el planeta. El mundo en el que vivimos lo dominan quienes dominan la ciencia, la tecnología y la innovación y no los factores productivos más tradicionales. Bien se dice que la más grande empresa de comunicaciones no produce sus noticias, la más grande empresa de taxis no posee vehículos, la de alojamiento no posee hoteles, la plataforma más grande de comercial al detal no tiene locales comerciales, etc.

En consecuencia, hoy día en el mundo el factor productivo de las naciones es el conocimiento o, mejor aun, la capacidad de producirlo. Suponiendo que quienes estamos más y mejor capacitados para producir conocimiento seamos los doctores, el número de los mismos nos puede dar un estimativo de qué tan preparados estamos para competir en el mundo del Siglo XXI. Según datos del observatorio de Ciencia y Tecnología, a 2015 éramos 13.988 doctores con los que el país contaba, con una población que bordea los 50 millones de habitantes. Es decir, no llenamos ni las gradas del estadio Alfonso López de la Universidad Nacional de Colombia. ¡Ese es el ejército con el que nos estamos preparando para asumir los desafíos del Siglo! Estamos compitiendo con arcos y flechas. Según la misma fuente, en 10 años graduamos, como país 2.527 doctores. No me cuesta trabajo suponer que hay más futbolistas profesionales. Es decir, 6.98 doctores por cada millón de habitantes, menos de la mitad del Uruguay que alcanza los 13.94. Y ni hablar de Chile: 33.99, México: 45.44 o Brasil 76.05 porque, por supuesto, no son comparables los guarismos de los países de ingreso alto. Es necesario y urgente que seamos más y que la fábrica esté en Colombia respondiendo a los desafíos colombianos. No es posible crecer si las empresas no crecen. Y no es posible que las empresas crezcan si no aplican la ciencia, la tecnología y la innovación a sus procesos, productos y desarrollos comerciales y para eso es urgente que se desarrolle dicha sensibilidad en el sector empresarial y gubernamental, haya doctores por fuera de las universidades y estos lleven a cabo los procesos de investigación y desarrollo que hagan que todo lo anterior ocurra. Alardear sobre lo que los doctores hemos alcanzado en el país me parece inoficioso. Nuestras ventajas competitivas y comparativas son enormes. En palabras del hombre araña, “todo gran poder genera una gran responsabilidad” y debemos asumirla con la seriedad que merecen nuestras empresas, nuestras ciudades, nuestros países y el mundo.